Un barco de confianza, curtido y bien sellado,
Llevará lejos a una valiente tripulación en sus bancos.
Un mundo de anchas olas.
Tierras extrañas que sorben el borde del mar.
Rompeolas que se elevan y los héroes que allí varan,
Las piedras aguardan a esa noble quilla.
Mil caminos de ballenas para ganar renombre y riquezas,
En las dulces praderas de Angle-land,
En los fríos acantilados de los daneses,
O en el bruñido y negro mar de Micklegarth
Desde los desiertos secos y polvorientos de Ghassanid
A la cegadora nieve brillante de los montes de Upsala.
Sin tu barco y su tripulación, tu héroe no es nada. Necesitas los servicios de esos fieles marineros para desafiar cada día el Paso de la Ballena y surcar sus aguas gélidas. El interior del continente está dominado por el Gran Bosque, hogar de terrores sin nombre y muerte segura de los incautos que en él se internan. Para desplazarse de pueblo en pueblo y de reino en reino, lo harás al timón de tu barco.
Todo héroe tiene un barco al empezar su gesta. Puede haberlo heredado, o ha sido un regalo de un generoso dador de anillos o tal vez lo ha construido con la ayuda de su banda de guerra. Lo usarás para acudir a las llamadas de auxilio. Él cuidará de ti durante las tormentas, pero tú habrás de cuidar de él con el mantenimiento adecuado. Hay muchos tipos de barcos, desde ligeros barcos aptos para rápidas incursiones a pesados cargueros. Puedes mejorar el tuyo, añadirle bancos para remeros, más espacio de almacenamiento, mejorar su velocidad, su comportamiento en combate naval… pero, claro, todo ello a cambio de un precio medido en libras de plata.
Cada mes, deberás pagar una cantidad fija por las reparaciones y mantenimiento de tu navío, lo que incluye las vituallas de a bordo y el pago del salario de tu tripulación. Cuida de tu tripulación, pues sin ella no irás a ninguna parte. No son guerreros, ni seguidores, sino bravos hombres de mar que entienden de oleajes y vientos, pero no de monstruos ni de desafíos de armas. Págales bien y ellos responderán con redoblados esfuerzos a los remos.
Y no te preocupes, porque eres un héroe. Si pierdes tu barco, si un kraken lo destroza o si tus enemigos lo hacen arder, pronto encontrarás otro. Por que esto es BEOWULF: la Edad de los Héroes, y el viento helado del Paso de la Ballena ha de curtir tu rostro con frío, sal y esperanzas.